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Poema “a mi Villa María”
Mi Villa tiene el candor
de una niña quinceañera,
pues perfuma con su esplendor
las sombras de sus veredas.
Paso a paso me detengo
para mirar sus vidrieras,
hay comercios por doquier
que engalanan sus aceras.
En su plaza principal,
cuatro fuentes no pequeñas,
son un deleite mirar;
a sus curvos chorros de agua
cuando sus fuentes
rellenan.
Frente a las vías del tren,
majestuoso como otro, no hay,
se eleva mirando al cielo
el Palacio Municipal.
Miles comercios nos
brindan
colmando nuestra
necesidad;
aquí convergen cinco rutas
a su vera, hay pueblos o
ciudades
y de donde muchos
habitantes
todos vienen a comprar.
Su río de buen caudal
trae susurros de sierras,
sus aguas, cantando van
los sueños de mil quimeras;
tal vez un sauce llorón
quebrar sus ramas quisiera
y a la orilla de su cauce
bellas plantas en su
costanera,
florecen para anunciar;
que llegó la primavera.
También a la vera de su andar
inmenso, como el que más
nuestro Anfiteatro bellísimo
abre sus puertas y vibra
cuando el verano al llegar.
Artistas de mil lugares
despliegan gran festival.
Para el postre una frutilla:
nuestra gran universidad
desde 1995 abrió sus
puertas
para no cerrarlas, ya más
año a año cátedras agregó
y cada vez se amplió más;
abriendo puertas a todos
con gran generosidad.
Mi Villa tiene el calor
que da el fuego de una hoguera
y a todos, recibe mejor
con paz, amor y quimeras.
Es un cobijo y cuando el sol
se esconde en sus tardecitas
tal vez por un gran amor,
cada esquina es una cita.
Zulema Bosco