Ensayo - Straming vs. Salas

El cine no está en nuestra casa

Se calcula que siete de cada 10 villamarienses tienen han visto algún contenido de Netflix. Ahora, ante el crecimiento de las plataformas, las opciones en vez de parecer mayores parecen menores. La calidad y el dinero, en el tapete
domingo, 15 de enero de 2023 · 08:30

Según cálculos estimativos –referido a cifras generales traducidas en cantidad de habitantes-, siete de cada 10 villamarienses son consumidores de Netflix de un modo u otro. Algo que no sorprende a esta altura, ya que desde la segunda década de los 2000 el servicio de plataforma por streaming lo ha invadido todo.

Más tarde, siguiendo la misma idea, nacieron otras plataformas “on demand” más recientes como Star+; Disney+; Amazon Prime Video, Paramount+ o HBO Max.

De igual modo, esa multiplicación trajo consigo dos situaciones cruciales, la primera: la superpoblación de plataformas (que se traduce en una mayor erogación de dinero en medio de una inflación galopante) y, en segundo lugar, el lanzamiento constante de creaciones audiovisuales de menor nivel. Y eso se debe a que ahora se le llama “contenido” a cualquier cosa. Lo que antes eran películas pensadas, con personajes profundos, una buena trama y finales apasionantes, terminó siendo hoy una conjunción de lugares comunes, historias forzadas y remakes que nadie pidió.

  

Palabra de Martín

Exactamente hace dos años, el afamado director Martín Scorsese llevó adelante una crítica referida a la decadencia de la disciplina artística ante las nuevas formas de consumo lideradas por plataformas streaming.

“El arte del cine está siendo sistemáticamente devaluado, marginado, degradado y reducido a su mínimo común denominador: el contenido”. Hace solo 15 años el término “contenido” solo se escuchaba cuando se hablaba del cine a un nivel serio, y se contraponía y medía con la “forma”, declaró.

Sí. Existe una contraposición entre el enorme abanico de películas y series ofrecida por la plataforma y la calidad que las mismas otorgan.

En un primer punto, la televisión por cable ha caído –y por más que uno haga zapping, nunca encontrará nada potable o que se haya repetido hasta el hartazgo-. El dinero que antes estaba dedicado a su mejora televisiva –en productos- ahora se resume en publicidad que invita a contratar un servicio por Internet.

Oscar varios

En 2022, Netflix anunció el arribo de grandes películas de producción propia, pero cuando pudieron visualizarse, defraudaron y no superaron la media. También es conocido el esnobismo de cierto sector de la academia que terminó premiando en su momento, por ejemplo, a “Nomadland”, una película que tiene poco que transmitir.

Salvo “El poder del perro (2021)”, que se llevó un Oscar, no hubo mayores puntos destacados. Es más, ni siquiera en los recientes Globos de Oro se dimensionó la enormidad alguna serie. 

Disney+ tuvo con Soul (2020) un buen talante, pero el mismo no se repetiría en los años sucesivos.

¿Que existen películas premiadas dentro de las plataformas hoy? Sí, claro, ¿Si no dónde estarían?

Pero la experiencia es completamente distinta respecto a si uno la observa en una sala. Actualmente, uno observa una película con un ojo mientras con la otra mira el celular o la pausa para ir a hacerse un café o preparar el mate. Esa pausa en la tensión cinematográfica producida por el director termina afectando. El sonido es otro, claramente y –algo no menor- si algo nos aburre, rápidamente lo detenemos o lo cambiamos. En el cine jamás haríamos algo así.

La demanda constante del público y el nuevo “No hay nada para ver” que antes utilizábamos en la TV por cable ahora migró hacia las plataformas. Es que, ante la inmensidad, uno termina no eligiendo nada o sintiendo un sabor parecido en todo.

Los Simpsons ¿predijeron a la momia futbolista? 

Cuestión de algoritmos

El cine se trata de sorpresa también, de ver algo nuevo, algo que nos inquiete. Pero no hablaremos en este momento de lo políticamente correcto, sino de lo artístico.

La cuestión de los algoritmos (secuencia de pasos y predicciones digitalizadas) finaliza modificándolo todo. A saber: si una vez nos gustó una película de guerra, la plataforma nos ofrecerá más tarde otra película de guerra. Si a varios usuarios le han gustado las películas de guerra, la plataforma –más tarde- lanzará películas de guerra y las anunciará. ¿El futuro? Si a todos nos gustan las películas de momias y el fútbol, tendremos una serie de una momia futbolista y su deseo de jugar y ganar un mundial… algo que parece un chiste si no fuera una realidad enorme.

Si bien el trono de Netflix, gigante del Streaming, no está en peligro, sus acciones cayeron un 25% el año pasado. Los estrenos y ­­las “exclusivas” poco llamativas, más las cancelaciones de diversas series, han provocado que muchos vean otras opciones. Llegó Disney, con Marvel y Star Wars o Star+ con todos los partidos (así sea de la liga de Ecuador) y Los Simpsons a HBO, con Game Of Thrones o Succession –más la exclusividad de la UEFA Champions League- también han aportado lo suyo.

Por ahora, todo termina siendo –más allá o más acá- lo mismo: un videoclub 2.0. La excusa de estar “interconectados” y no perderse nada termina generando que los clásicos que siempre habría que visitar –y que no están en los catálogos- se entierren para dar lugar a esta insulsa conjunción de personajes parecidos, historias similares y finales para ser olvidados rápidamente.

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