“No te preocupes, Negrito”

Por Los Salieris del Turco

 

En muchas Redacciones, no en todas, hay personas que tienen dos corazones. Uno para ofrendar a los demás, también para regalarse alguna que otra alegría, y el restante para consagrarlo al oficio. Para esa gente, nada más hermoso que una hoja en blanco, sea para cantarle a la libertad, para censurar una injusticia, para transcribir los pensamientos de quien piensa diferente, para entrevistar al presidente o para reclamar por el agua corriente o por las cloacas para un desconocido… Escribir, esa es la cuestión. Entonces, exactamente a las 22.36, cuando está casi todo listo para mandar a la rotativa, resulta que un anunciante se arrepintió y prefiere que esas ofertas salgan en la edición del sábado, no en la del viernes. Carajo. Bueno, en ese preciso momento, a las 22.36, cuando más de uno se tira de los pelos, esas personas que les cuento esparcen por la sala palabras sanadoras. En el caso del ángel Raúl José, con quien empujamos teclas juntos durante muchos años, la frase característica para tales ocasiones era: “No te preocupés, Negrito”. Encendía el enésimo pucho, entrecerraba los ojos por el humo y comenzaba a bajar su prosa. ¿Qué página era? ¿La 3? Escribía de política. ¿La 7? Redactaba gremiales. ¿La 10? Dibujaba culturales. ¿La 40? Gol de media cancha. ¿La 48? A los tiros…

Claro que no es fácil. Para eso hacía falta una vida por un lado y otra dentro del Momentos, del Noticias, de El Diario… Y los dos corazones. Uno para la cartera de la dama, para los íntimos… El otro para la palabra, para la liberación.

Después, pizza de Antón y vino tinto.

 

 

Siguiendo su ejemplo concebimos este Suple, que hoy le regalamos a la ciudad.

 

Más de
71%
Satisfacción
21%
Esperanza
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Bronca
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Tristeza
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Incertidumbre
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