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“Quiero que se sepa, para que no le vuelva a pasar a ningún otro chico”

A través de una carta de lectores, Elena Portolesi, docente y madre de un adolescente de Villa Nueva que hizo recientemente su viaje de estudios, contó los problemas que vivió el grupo de alumnos con una empresa de turismo estudiantil de Buenos Aires
miércoles, 4 de enero de 2023 · 07:00

Tuvimos problemas con una empresa de viajes de egresados y quiero que se sepa, para que no le vuelva a pasar a ningún otro chico.

La empresa de viajes estudiantiles se llama Upgrade, con la que siempre tuvimos comunicación virtual y bastante escasa, ya que tienen oficinas en Buenos Aires y en Córdoba. Los chicos que viajaron son de La Palestina, adonde asiste mi hijo y yo soy docente, que somos de Villa Nueva. También fue un grupo de Roldán, provincia de Santa Fe.

La contratación fue virtual, nunca le vimos la cara a los coordinadores, y para pagar no había una oficina física, era todo a través de depósito. De entrada hubo problemas, en una de las reuniones virtuales, cuando empiezo a hacer preguntas, un coordinador llamado J. G. me sacó de la reunión de padres, me eliminó, y nunca más me respondió los mensajes, ni nada.

Nosotros íbamos a viajar con otra empresa, Eilat, de Córdoba, hace dos años quiebra y le pasa todos los contratos y el viaje a esta otra firma, que se compromete a respetar todo lo que habíamos acordado con la anterior. Sin embargo, desde el vamos no se respetó, empezaron con cambios de destino y de fecha, en varias oportunidades, y los chicos tuvieron que hacer todo un movimiento de fechas para poder viajar, hasta que lograron hacerlo.

El contrato incluía ciertas excursiones y algunas se las quisieron cobrar allá, pero los chicos, sabiendo que estaban incluidas, se pusieron de acuerdo en no pagar. Por ejemplo, una vez que estuvieron en destino, les querían vender el ingreso a dos boliches, por 20 mil pesos cada uno, cuando los chicos dijeron que no, respondieron que se los iban a regalar, quiere decir que esa plata se la iban a quedar ellos, algunos de los coordinadores que los acompañaban. Esto pasó también en otra excursión.

Había tres coordinadores con el grupo que viajó: M. V., G. O., y M. H. El coordinador general (M.V.) tenía más de 50 años y lo más grave es que filmaba y le sacaba fotos a las chicas con la excusa de que era para pasárselas a los padres, sin embargo, nosotros no recibimos una sola foto. Además, les hacía comentarios desubicados, lascivos, a las chicas. A una nena de Roldán la llamaba “cerdito Porky”, le hacía bullying a los chicos, contestaban barbaridades.

Los chicos viajaron a Camboriú, tuve que preguntar en más de una oportunidad si habían pasado la frontera, sin tener comunicación cuando estaban en otro país. Dos de los coordinadores (M. V. y G. O.) los dejaron solos más de una vez, tomaban alcohol, fumaban marihuana, lo que es gravísimo. Por ejemplo, en un partido de Argentina, el coordinador de mayor edad se fue con el otro a un bar a tomar, y dejaron al coordinador más joven, M. H., de 19 años, solo a cargo de más de 50 chicos de 17 y 18 años.

Nunca tuvimos un itinerario del viaje, a pesar de que lo pedimos reiteradamente. Los coordinadores ganaban un extra por cada excursión que vendían aparte, y uno de ellos dijo que era el peor viaje de su vida porque los chicos eran unas ratas, ya que no pagaban excursiones.

Cuando iniciaron el viaje, en la comida, en vez de darle gaseosa, como decía el contrato, les quisieron dar jugo, como los chicos protestaron, finalmente les dieron gaseosas. De entrada estuvieron 16 horas sin comer. Los chicos subieron al colectivo a la 1 de la madrugada y comieron recién a las 17, es decir, le dieron todo junto al otro día.

A la vuelta sucedió lo mismo, estuvieron un montón de horas sin comer, les dieron almuerzo y cena todo junto, con una tarta que los chicos no comieron porque tenía olor a podrido.

Antes de ingresar a Brasil no les hicieron el cambio de moneda necesario para que los chicos pudieran manejarse, entonces algunos estuvieron dos días sin plata. Cuando pasaron la frontera, ya en Brasil, la mayoría no tenía reales, entonces muchos se quedaron sin desayunar. Tampoco se hicieron cargo de eso, ni les prestaron dinero a los chicos como para salir del paso.

En el viaje de vuelta, apenas cruzaron la frontera de Argentina, uno de los alumnos le hizo una pregunta en el colectivo al coordinador llamado G. O., y él le contestó: “Mi trabajo ya terminó acá”.

Además, se olvidaron todos los carnets de vacunación del grupo en la Aduana, así como algunos permisos realizados ante escribanos.

Al regreso, dos coordinadores se bajaron en Villa María y el más joven, M. H., que es de Córdoba, fue el único que acompañó a los chicos hasta La Palestina para que no se volvieran solos. El chofer no sabía el camino, se lo tuvo que explicar mi hijo. Los coordinadores se bajaron en Villa María, sin embargo, a mi hijo, siendo que vive en Villa Nueva, no lo dejaron bajar, así que tuve que ir a buscarlo hasta La Palestina.

Fue nefasto, desde sacarles plata, hasta dejarlos solos, al colmo de que estando en Camboriú tomaron un remís por su cuenta para ir a cambiar moneda, juntando entre todos los reales que tenían para poder pagarlo, porque nadie los llevaba a buscar cambio.

De todo esto me entero, en gran parte, cuando vuelve mi hijo de viaje, el 22 de diciembre. No hicimos ninguna denuncia por esto, pero quiero que se sepa, porque no quiero que le vuelva a pasar a ningún otro chico. Al coordinador  M. H. quiero dejarlo al margen, porque fue el único que cuidó a los chicos y estuvo con ellos.

Elena Portolesi - DNI 30.720.842

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