TENDENCIAS A SABER...

El coeficiente intelectual de la población mundial disminuye

El autor de Los caminos de la estrategia (Les voies de la strategie), Christophe Clavé, residente en Lausana, Suiza, escribió tiempo atrás un artículo que tituló: “El déficit del coeficiente intelectual de la población”. Vale la pena compartirlo
domingo, 12 de septiembre de 2021 · 08:41

El coeficiente intelectual medio de la población mundial, que desde la posguerra hasta finales de los años 90 siempre había aumentado, en los últimos veinte años está disminuyendo...

Es la vuelta del efecto Flynn. Parece que el nivel de inteligencia medida por las pruebas disminuye en los países más desarrollados.

Muchas pueden ser las causas de este fenómeno. Una de ellas podría ser el empobrecimiento del lenguaje. En efecto, varios estudios demuestran la disminución del conocimiento léxico y el empobrecimiento de la lengua: no solo se trata de la reducción del vocabulario utilizado, sino también de las sutilezas linguísticas que permiten elaborar y formular un pensamiento complejo.

La desaparición gradual de los tiempos (subjuntivo, imperfecto, formas compuestas del futuro, participio pasado) da lugar a un pensamiento casi siempre al presente, limitado en el momento: incapaz de proyecciones en el tiempo.

La simplificación de los tutoriales, la desaparición de mayúsculas y la puntuación son ejemplos de "golpes mortales" a la precisión y variedad de la expresión. Solo un ejemplo: eliminar la palabra "señorita" (ahora obsoleta) no solo significa renunciar a la estética de una palabra sino también fomentar involuntariamente la idea de que entre una niña y una mujer no hay fases intermedias.

Menos palabras y menos verbos conjugados implican menos capacidad para expresar las emociones y menos posibilidades de elaborar un pensamiento.

Los estudios han demostrado que parte de la violencia en la esfera pública y privada proviene directamente de la incapacidad de describir sus emociones a través de las palabras. Sin palabras para construir un razonamiento, el pensamiento complejo se hace imposible. Cuanto más pobre es el lenguaje, más desaparece el pensamiento.

La historia es rica en ejemplos y muchos libros (Georges Orwell-1984; Ray Bradury-Fahrenheit 451) han contado cómo todos los regímenes totalitarios han obstaculizado siempre el pensamiento, mediante una reducción del número y el sentido de las palabras.

Si no existen pensamientos, no existen pensamientos críticos. Y no hay pensamiento sin palabras. ¿Cómo se puede construir un pensamiento hipotético-deductivo sin condicional? ¿Cómo se puede considerar el futuro sin una conjugación en el futuro. ¿Cómo es posible capturar una tormenta, una sucesión de elementos en el tiempo, y a sean pasados o futuros, y su duración relativa, sin una lengua que distingue entre lo que podría haber sido, lo que fue, lo que es, lo que podría Ser, y lo que será después de lo que podría haber sucedido, realmente sucedió?

Queridos padres y maestros: demos a hablar, leer y escribir a nuestros hijos, a nuestros estudiantes. Enseñar y practicar el idioma en sus formas más diferentes.

Especialmente si es complicado. Porque en ese esfuerzo está la libertad. Quienes afirman la necesidad de simplificar la ortografía, descontar el idioma de sus "fallas", abolir los géneros, los tiempos, los matices, todo lo que crea complejidad, son los verdaderos artífices del empobrecimiento de la mente humana.

No hay libertad sin  necesidad. No hay belleza sin el pensamiento de la belleza.

Efecto Flynn

El efecto Flynn del que habla el autor del artículo es la subida continua, año por año, de las puntuaciones de cociente intelectual, un efecto visto en la mayor parte del mundo. Una serie de investigaciones del Reino Unido desde 1938 hasta 2008 estimó la tasa de crecimiento en torno a 2 o 3 puntos de CI por década. Fue llamado así por Richard Herrnstein y Charles Murray en su libro The Bell Curve para hacer referencia al investigador político neozelandés James Flynn, que fue quien dedicó el mayor interés al fenómeno y lo documentó para todas las culturas. Wikipedia

Ni más inteligentes ni más sabios

Por mucho tiempo se creyó en la creciente e inevitable evolución del coeficiente intelectual, que los seres humanos serían más inteligentes que la generación que les precedió. Que en los próximos 50 años la capacidad del Homo sapiens de razonar, crear, inventar, imaginar y resolver problemas se habría duplicado o poco menos. Fue la teoría del científico neozelandés James Robert Flynn, que dedicó su vida al estudio de la evolución del coeficiente intelectual mundial, y que bautizó ese continuo aumento como el Efecto Flynn. Fue el tema que desarrolló en su libro ¿Qué es la inteligencia? Más allá del Efecto Flynn, publicado en 2007. Nadie lo contradijo. Todos nos sentíamos cada vez más inteligentes y copartícipes de los inventos, hallazgos y avances en el mundo de las ciencias y de las artes.

Sin embargo, el salto al vacío ocurría al mismo tiempo que la civilización se adentraba a la revolución digital, aunque cada vez entendíamos menos los procesos y las teorías electromagnéticas. No se trataba de saber cómo funciona y los principios científicos de un televisor de alta definición de 4K, sino de poder comprarlo. El saber fue sustituido por la tarjeta de crédito o dinero en efectivo. Ramón Hernández, en Cambio 16

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Incertidumbre
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Indiferencia

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