ESPECIAL MALVINAS (SEGUNDA PARTE)

Memorias de un veterano: José Daniel Esparza

Escribe Luciano Pereyra
Especial para El Diario

Compañía C del Regimiento de Infantería Sección Romeo

Batalla de Ganso Verde

“…te tengo que contar ahora lo que fue la parte del combate… ya te había comentado que nos habían separado a la compañía, nosotros teníamos un destino como a 4 o 5 km de Ganso Verde, nos habían mandado a cubrir una posición, el día 28  cuando empezó el combate a la madrugada nosotros ahí veíamos cómo se desarrollaba todo, se escuchaban las ametralladoras el cañoneo, se veían las bengalas, terrible fue el combate de madrugada fue muy duro y el clima terrible también, llovía, hacía frío, cuando amaneció no teníamos ninguna orden así que el jefe nuestro Gómez Centurión  decidió replegarnos de nuevo, hacia el  lugar, así fue, tuvimos que volver por el medio del barro caminando, caminamos en parte enterrados hasta la rodilla en el barro... fue  terrible el regreso… no pudimos cargar todo el equipo solo municiones… ahí ya en el caserío, nos enteramos ahí de que la sección de Estévez  había tenido varias bajas y había muerto el teniente Estévez, habían muerto dos suboficiales, el cabo  Avila, el cabo Castro toda gente excepcional que lo  sentíamos mucho nosotros…”.

“…se organizó un contraataque porque ya estaban muy cerca los ingleses así toda la sección nuestra, los 38 que éramos, emprender el contraataque y así fue que bueno intentamos llegar hasta las alturas de Darwin pero no pudimos porque ya había posiciones tomadas,  ahí nos recibieron a los tiros, volvimos hacia la costa del mar por las barrancas hasta encontrar  una posición donde poder organizarnos y así fue a la altura del aeropuerto… que no era un aeropuerto en realidad era una pistas de aterrizaje que había en Ganso Verde y ahí más o menos nos organizamos… las acciones que teníamos que realizar,  las hicimos un poco a las apuradas y los grupos quedaron cambiados y fue cuando vimos una punta de Infantería inglesa que venía avanzando por el camino, nos pusimos todos en posición y cuando más o menos estuvieron a tiro, a unos 150 metros más o menos, el oficial nuestro ordenó a abrir fuego bueno y empezamos a abrir fuego toda la sección, los 38 que éramos, los sorprendimos porque ellos ni esperaban que nosotros estuviéramos en ese lugar,  tuvieron muchos heridos muchas bajas, en ese primer ataque nuestro y no podían hacer nada  ellos, habían quedado en medio de un camino que a las orillas había un campo minado, desde donde, estaban se tiraron cuerpo a tierra y respondían como podían el fuego… era difícil para ellos porque nosotros estábamos en  lo alto y ellos estaban en una hondonada… no les estaba yendo bien… ahí uno de los de los oficiales que estaba a cargo de esa punta Infantería inglesa, eran paracaidistas británicos, muy buenos soldados muy bien preparados…levanta el fusil y el oficial nuestro nos pide un alto el fuego porque aparentemente se estaba como rindiendo el tipo y se levanta él junto con otros dos soldados y se vienen caminando hacia donde estábamos nosotros, el oficial nuestro pide que no disparemos más nosotros y sale al encuentro del inglés, hay un parlamento que es muy famoso ese parlamento… el inglés le dice al oficial nuestro… que sus soldados habían peleado muy bien y que por favor no dispararán más, que se rindieran así nos garantizaba la vida de todos nosotros… no entendía nada el oficial nuestro porque decía… pensé que se me estaban rindiendo y ahora me tengo que rendir yo… así que le dio dos minutos de tiempo para volver a su posición si no abría fuego de nuevo… bueno el inglés,  cuando el oficial se dio vuelta lo llamaba, le insistía que no se fuera que quería seguir hablando… decía que era en vano que iba a morir gente porque ese combate estaba terminado… en realidad fue un ardid del tipo para ganar tiempo porque en las condiciones que estaban ellos no iban a tener posibilidades… de esa forma consiguió que otro grupo llegara y se acomodaran en una posición que tenían ametralladoras y empezaron a tirar desde ahí en una izquierda de la parte una parte alta que había, de ahí nos tiraban… en realidad lo que terminó siendo un combate contra una de punta Infantería que éramos la misma cantidad, terminó siendo después un  combate de 38 contra 250 paracaidistas… nos empezaron a arrasar a tiros, tiraban de todo, tiraban granadas, nos tiraban metralla y empezamos a tener bajas…muchas bajas nosotros… de los 38 que éramos la mitad quedó muerto y herido no teníamos más posibilidades así que bueno se ordenó un repliegue…”

 

 

“…yo personalmente lo tengo todo como en una nube, pero bien claro ¿no?, lo tengo todo bien claro, pero lo tengo todo como un sueño y sin saber qué tiempo pasó, no sé cuánto tiempo pasó… no sé, parece que fueron dos días y el combate nuestro… no sé si duró cuarenta minutos, esa es la sensación que yo tengo de que fue mucho tiempo,  me acuerdo todo bien cómo fue, pero siempre lo tengo ahí como que  fue un sueño…  y no teníamos miedo… nada, nada… cero miedo… hasta que me hirieron es como que me desperté, no sé ¿se entiende? Pero es lo que me pasó a mí, ahí ya herido ya empecé a ver todo el entorno mío y vi lo que está pasando… realmente… es como que me desperté y ahí vi el sargento García que había muerto, que Austin estaba muerto, que José Allende estaba muerto que Ortega estaba muerto, que el cabo Oviedo estaba muerto que el soldado Cabrera estaba muerto, que Canyaso estaba herido… después estaba Avila herido,  Argüello herido, los cabos Fernández y Arce, heridos… fue una situación que no la podía entender… por qué digo…hacía dos minutos que estábamos todos bien ganando la batalla y de repente nos estamos replegando entre muertos y heridos…”.

 “…seguramente esto no lo van a encontrar en ningún lado a este relato porque nunca lo conté a esto… pero es importante a esta altura ya poder hablar… yo no hubiera salido del campo de batalla  si no me hubieran ayudado los soldados Avila y Argüello…no podían levantar la cabeza, levantabas la cabeza y te la sacaban… era un techo de balas donde estábamos y ellos dos me levantaron me agarró uno de cada pierna, me arrastraron y me sacaron del campo de batalla me pusieron a cubierta, ellos fueron heridos por eso…  se la jugaron…  siempre digo que son mis hermano de la vida…”.

“…en esa replegada tan accidentada que tuvimos… yo tenía en el pecho cuatro granadas y por precaución el oficial me  dijo que a las chavetas de las granadas póngales cinta, no a la chaveta sino la manivela de la granada póngale cinta a la palanca porque si se sale la chaveta, que son frecuentes que se salgan,  si se enganchan en un lado… se van a matar solos… cuando yo llegué al lugar que ya estaba fuera de peligro me agarró el subteniente me da vuelta y me pregunta  qué me pasaba… yo le decía que me habían pegado un tiro en la pierna que me lesionó el nervio ciático…pensé que me la habían sacado la pierna a  la altura de la cadera, arriba al final de la pierna y cuando él me da vuelta ve que  las granadas estaban las cuatro sin chaveta se le habían  salido las chavetas a las cuatro, por providencia de Dios no nos morimos yo y los que me llevaban, si no les hubiera puesto la cinta nos mataba a los tres… de esa forma llegamos al sanatorio de campaña que había en Ganso Verde… llegamos los  que habías quedado de la sección, porque la mitad estaba muerto o herido… es duro el relato… es cruel… pero es lo que pasó…

“…yo no hablo mucho de esto, pero siento la necesidad de contarlo, hay un montón de cosas más de lo que fue la guerra, de lo que pasó en el combate, pero son cosas que seguramente se morirán conmigo… las miseria y los actos de improvisación que tuvimos…hasta el día hay cosas que no me puedo responder… yo todos los días me pregunto por qué estoy vivo… en realidad no sé… yo estaba rodeado de muertos… como dice mi hijo, tuviste que venir para contarlo…”.

 

Regreso a casa

“…esto que te he contado es primicia, vos tenés la primicia, nunca hablé del combate. Sí, hablo de Malvinas y he hablado de todo… pero de lo que fue el combate nunca hablé. Puedo hacerlo porque en este tiempo, nunca me junté con mi grupo que estuvimos en combate en la sección “Romeo”, nunca habíamos estado juntos… hace un tiempo que nos estamos juntando en realidad, ellos siempre se juntaban, pero yo no participaba mucho, no participaba nada… y a partir de noviembre del año pasado fuimos todos juntos al sur a un acto conmemoración del soldado Ortega y a partir de ahí tuve un clic... ahora lo veo más claro y puedo comentarlo… hay otra parte de todo esto… cuando yo vuelvo herido, primero fui prisionero de los ingleses…después estuve nueve meses internado en el hospital militar también tengo anécdotas y cosas que nos pasaron con todos los veteranos de guerra internados… éramos un pabellón de 800 heridos de guerra, todos juntos… ¡lo que pase yo ahí!… hay dos guerras… una guerra que fue la guerra en sí y después la otra guerra… que tuvimos nosotros cuando volvimos de Malvinas… no fue tan fácil…” .

Después del combate de Ganso Verde y durante el cautiverio de los ingleses, no se supo nada de él, por ese entonces un radioaficionado de Villa Nueva, Angel Centomo,   pudo obtener un listado de los rehenes heridos a través de una conexión con el buque inglés “Uganda”, así su familia se enteró de que estaba vivo. Del “Uganda” pasó al buque de bandera nacional “Bahía Paraíso”, cuando llegó al continente, fue internado en el hospital naval de Puerto Belgrano, luego el hospital de Bahía Blanca, Campo de Mayo y finalmente en el hospital militar central.  Si bien pudo volver a Villa Nueva en agosto del 82, estuvo internado hasta el año 1983, en ese año fue condecorado con la medalla al Herido en Combate en la ciudad de Córdoba.

 

Nota de color

Cuenta José que durante su internación en Campo de Mayo, había 800 heridos de guerra. Una de las visitantes al hospital era la señora Amalia Fortabat, quién fue madrina de muchos veteranos y también colaboró brindando trabajo o en algunos casos, hasta la compra de taxis o camiones. Pero la nota de color que recuerda Pepe, fue que un día en una de sus tantas visitas les regaló un radiograbador a cada soldado, lo que ocurrió fue que las autoridades militares se los quitaron y los pusieron en un depósito hasta que obtuvieran el alta ya que cada uno escuchaba la música según a la región a la que pertenecía.

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