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De Fuerte Apache a Villa María

Tévez debutó en la selección juvenil argentina en Plaza Ocampo, una noche de mayo del 99, cuando la expectativa se centraba en su compañero David Reano, el primer jugador de La Palestina en llegar a Boca
sábado, 26 de octubre de 2019 · 15:27

Escribe: Juan Manuel Gorno

“¿Qué hacen? ¿De dónde vienen ustedes dos? ¿Qué les dije? ¿En qué quedamos?”... El tipo de bigotes chevrón inflado no paraba de preguntar en modo milico.

Con una mano en la cintura y otra en clave de inquisidor (fijando el dedo índice como revólver), el hombre vestido de malo era “El Profe”, Gerardo Salorio, un emblema en la materia si de fútbol juvenil se trata.

Cualquiera que pudiera toparse con esa figura enorme y enojada quedaría reducido a la mínima expresión, como lo hacía uno de los dos pibes que recibían los retos. Pero el otro no.

El crack siempre es desfachatado y tiende a tirar gambetas tanto en la vida como en la cancha. Y en ese instante quedó claro que solo el atrevido podía contestar la catarata de retos. Entonces levantó las cejas bien alto, torció la boca por naturaleza y devolvió una respuesta bien fresca y simple: “Fuimo’ acá nomá’, profe, acá nomá’, al kiosco de la esquina”.

Vaya a saber hasta dónde se habrán ido esos chicos. Lo concreto que se entendió que Carlos Tévez, el morrudito que ni siquiera había jugado un partido con la camiseta de la selección argentina, ese día transgredió algunos minutos las reglas, se alejó del Hotel República y salió a conocer Villa María.

Fue el 19 de mayo de 1999, durante una tarde de miércoles y con el centro activo, cuando la selección argentina Sub-15 se presentaba ante la prensa local, antes de jugar un partido amistoso en Plaza Ocampo.

Unos metros más adentro del hotel, los flashes iban hacia David Reano y su familia, por el significado de “la noticia” que destacaba El Diario: un chico de La Palestina en la selección juvenil, nada menos.

El rubio central llegaba además como titular y capitán de la novena de Boca, donde el crack de Fuerte Apache era su compañero en ascenso.

“Con Carlos jugamos juntos en la prueba que hicimos en San Rafael (Mendoza) hasta la Sexta división, cuando ya lo lleva Bianchi a la Primera de Boca”, cuenta hoy Reano, radicado en Villa María con la familia que formó y con varios chicos que siguen sus consejos en una escuelita de fútbol.

Lo que no remarca la serie de Netflix que popularizó la vida de Tévez es algo que Reano sabe muy bien: “Se tenía que poner cuatro canilleras, dos adelante y dos atrás, por la cantidad de patadas que recibía, pero siempre iba al frente”.

Reano fue la voz del fondo de ese Boca de inferiores y de esa selección juvenil, pero no deja de sostener que Tévez “era el alma del equipo, siempre muy solidario en la cancha”.

Junto al rubio de La Palestina y Raúl Osella (sindicado como el compañero que aparece seguido en la serie), Tévez fue convocado en esa oportunidad por sus actuaciones formidables en las inferiores de Boca.

Venía de marcar 44 goles en dos temporadas y desde hace tiempo, sobre él se había depositado la mirada de José Néstor Pekerman y su equipo.

Fue así que llegó a la Selección más chica, la Sub-15, y Segundo -el hombre que lo crió- debió llevarlo seguido al predio que la AFA posee en Ezeiza.

Distinta es la situación de Reano, que vivía en la pensión.

“Nosotros íbamos a clase a la mañana, teníamos que tomarnos el 29 que nos llevaba a la sede de AFA (en calle Viamonte) y desde ahí nos trasladaban en auto hasta Ezeiza... Arrancábamos a las 8 de la mañana y volvíamos a las 20”.

Largo fue también el viaje de Ezeiza a Villa María para jugar el amistoso que organizó la Liga local, por entonces presidida por Darío Ranco.

El plantel del seleccionado argentino buscaba prepararse para afrontar el Torneo Tres Naciones en el Estadio de Wembley.

Pero antes del majestuoso coloso de Londres, la mítica Placita Ocampo, donde esperaba un combinado local Clase 83.

El central de ese equipo villamariense fue Juan Cruz Gill (hermano del actual intendente), quien tiempo después también llegó a la Primera división. “Me acuerdo de la Placita colmada. Hicimos un gran partido, muy parejo. Me tocó enfrentar a Maxi López, que era más fuerte en cuanto a lo físico, y a Tévez, claro, que es y era más técnico”, recuerda Gill, desde Malta.

La paridad de ese encuentro no impidió que la selección argentina se impusiera en el marcador. Fue 1 a 0. ¿Y el gol? A los dos minutos, un centro al primer palo fue anticipado por Tévez, que metió el botín, batió al arquero cabralense Marcelo Berardo y anotó así por primera vez con la Celeste y Blanca.

Después Reano se acuerda que el Apache anotó un golazo de chilena en Wembley, ante Francia. Y desde entonces, lo demás es historia conocida.

Sub-15: 

Molina, Lugo, Arbillaga, Reano y Ludueña; Vargas, Pereyra, Juan Figueroa y Federico Higuaín; Carlos Tévez y Maximiliano López. 

DT: Miguel Tojo.

También jugaron: Garibaldi, Acosta, Osella, Facundo Figueroa, Altamirano, Capobianco y De Maldé.

 

Villa María 83

 Berardo, Díaz, Gill, Russi y Bettiol; Pacifici, Guerrero, Conti y Gamachio; Godoy y Guillen. DT: Fernando Alba.

También jugaron: Bertone, Sáinz, Lenti, Semprini, Muñoz, Catalano, Pérez, Carrera y Estrella.

Gol: 2m PT Tévez (Sub-15).

Amonestados: Molina (S) y Russi (VM).

Arbitro: Gabriel Chiaraviglio.

Estadio: Plaza Ocampo.

Espectadores: 2.200 personas, aproximadamente.

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